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Nuestra Catedral, nuestra identidad

Fernando Perez

Nuestra Catedral, nuestra identidad

A través de diversos proyectos de investigación centrados hasta ahora en el principal templo religioso de Chile, académicos de la Universidad Católica, liderados por el profesor Fernando Pérez Oyarzún, realizan acciones para reforzar y desarrollar el trabajo sobre nuestro patrimonio.

Estudiar la Catedral de Santiago es estudiar una de las piezas más significativas tanto de nuestro patrimonio religioso como del país entero. La iglesia que tenemos hasta el día de hoy ha resistido todos los terremotos que se han producido desde su edificación, en el siglo XVIII; la que la antecedió, se cayó muchas veces y por eso desapareció".

Convencido de la importancia que tiene el templo que ha sido protagonista de la historia de Chile, el académico de la Escuela de Arquitectura UC y jefe del programa de Doctorado en Arquitectura, Fernando Pérez Oyarzún, explica de esta manera la relevancia de los cuatro proyectos que desde 2007 lidera en su calidad de director del Centro de Patrimonio Cultural de la Universidad Católica, que se dedican a investigar la Catedral de Santiago.

Este centro es un organismo interdisciplinario –compuesto por académicos de cuatro facultades– que promueve el conocimiento de los valores patrimoniales muebles e inmuebles existentes en el país, a través de programas y acciones provenientes desde el ámbito académico, para contribuir a la consolidación y fortalecimiento de la identidad y del legado cultural que se ha construido en su devenir histórico.

En el marco del Centro de Patrimonio Cultural UC se han desarrollado cuatro proyectos de investigación que, de un modo u otro, con énfasis y métodos diversos, se aproximan a temáticas vinculadas a la Catedral de Santiago, a su desarrollo y a su entorno inmediato.

"La manzana de la Catedral, la trama de la historia" fue un Fondecyt de dos años de duración, concluido en 2010. Su énfasis estuvo en la evolución del entorno inmediato de la iglesia. La pregunta fundamental se relacionaba con la comprensión del proceso de configuración de la manzana en que se sitúa, un análisis que la contextualizaba con su entorno inmediato y también con algunos procesos que afectaron a la ciudad como conjunto.

interior de la catedral de santiago"El interior de la Catedral" –proyecto interdisciplinario, financiado por la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Católica y propuesto al interior del Centro de Patrimonio Cultural– estudió el actual estado del interior de la iglesia, con vistas a un posible proceso de restauración. Su objetivo fue comprender de qué manera y hasta qué punto el proceso de desarrollo constructivo de la Catedral explica el estado de conservación de su interior y de las principales patologías que ahí se observan.

"Iglesia y territorio" fue un proyecto financiado por la Dirección de Pastoral UC y acotado a un año de duración, que propuso dar a conocer y analizar un largo conflicto territorial desarrollado entre el Arzobispado de Santiago y el Cabildo Metropolitano durante el siglo XIX. Esta investigación permitió comprender mejor la compleja estructura de la Iglesia Chilena en el período, algunas de sus relaciones con el territorio y sus consecuencias en la configuración de la actual manzana de la Catedral.

Finalmente, los académicos desarrollarán hasta el año 2013 el proyecto "Una ciudad, dos catedrales", financiado por Fondecyt, que estudia la transición de la antigua Catedral de Santiago a la nueva, construida durante el siglo XVIII. La hipótesis fundamental de este trabajo es que este paso es coherente con el proceso de modernización que se produjo a nivel urbano y que, grosso modo, coincide con las denominadas reformas borbónicas.

Fue un período en que se plantearon problemas como el mejoramiento de la infraestructura urbana y territorial y la higienización de la ciudad. El proyecto se sitúa entre dos polos: busca reconstruir con el mayor detalle posible la forma de la antigua Catedral y el proceso de construcción de la nueva; y, además, se propone identificar los cambios que se producen a nivel urbano, intentando poner ambas en relación.

Se trata de un proyecto interdisciplinario con participación de arquitectos, historiadores y arqueólogos, que, a partir de nuevas evidencias, se plantea comprender mejor la contextura urbana y arquitectónica de una transición hacia un cambio histórico decisivo para el país.
"Se produjo en ese momento de nuestra historia un enorme cambio político y tecnológico, cuando llegaron muchos ingenieros militares y se construyeron obras públicas fundamentales como los Tajamares del Mapocho, el Puente Cal y Canto, y el Palacio de la Moneda. En definitiva, es este cambio de la segunda mitad del siglo XVIII lo que estamos estudiando", enfatiza el profesor Fernando Pérez. Explica que, entonces, el conjunto de las dos catedrales de Santiago emplazadas en el mismo lugar, y el cambio de una catedral a otra, precisamente permiten entender mucho de la historia de Chile y de la ciudad de Santiago.

El valor del patrimonio

¿Los chilenos valoramos nuestro patrimonio? "Yo creo que sí, incluso últimamente hay muchísimos movimientos en su favor. Esto implica, en el fondo, la defensa de un modo de vida, porque el patrimonio está ligado a nuestra cultura, a nuestra identidad. Y existe consenso en que la identidad es algo tremendamente importante en un mundo globalizado, donde cada día cobra mayor relevancia que cada uno se reconozca como quién en verdad es y no se convierta en un ente anónimo", responde el profesor Fernando Pérez.

El investigador señala que para la Pontificia Universidad Católica de Chile es muy importante desarrollar el Centro de Patrimonio Cultural, porque, justamente, la valoración del patrimonio va siendo creciente y se requieren profesionales capaces de investigarlo, comprenderlo y conservarlo. "Así es que tenemos un gran deber y una gran tarea por delante", concluye.


UN MAESTRO ORGULLOSO

El profesor Fernando Pérez Oyarzún está ligado desde hace 43 años a la Universidad Católica, a cuya Escuela de Arquitectura llegó a estudiar en 1968, cuando tenía 18 años de edad, tras una intensa deliberación vocacional interior que lo tenía entre la música y la arquitectura.

Aunque se tituló en 1977 y realizó su Doctorado en Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, España, entre 1978 y 1981, ya en 1974 había sido nombrado profesor instructor, tras desempeñarse como ayudante desde 1970. Se incorporó entonces como profesor joven a la docencia y desde entonces no la dejó, desarrollando en forma paralela su labor profesional como arquitecto.

Entre 1987 y 1990 fue el director de la Escuela de Arquitectura UC y entre 1990 y 2000, decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre ellos, el de Mejor Profesor de la Escuela de Arquitectura en 1997, otorgado por la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, FEUC.

Algunos de los más destacados arquitectos e investigadores en arquitectura de Chile y América Latina han sido sus alumnos en sus diversas cátedras, entre ellos, por ejemplo, el director ejecutivo de Elemental, Alejandro Aravena, junto a quien escribió el libro Los hechos de la arquitectura (1999).

"He tenido grandes oportunidades aquí, en la Universidad Católica. No solo intelectuales colaborando en la marcha de la institución, sino también en la generación de una porción muy importante de mis vínculos personales. Pero sobre todo, he sido profesor de más de mil estudiantes. Ese privilegio no lo tiene cualquiera", dice con orgullo el maestro.

Fernando Pérez Oyarzún es autor y coautor de nueve libros, y ha escrito innumerables capítulos de otros y muchos papers con rango científico. Ha sido profesor invitado a diversas universidades extranjeras, latinoamericanas y del mundo anglosajón, entre ellas la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y la Universidad de Cambridge (2000), en Inglaterra, donde se desempeñó como Simon Bolívar Professor. Esta cátedra ha sido ocupada por destacados intelectuales como Octavio Paz y Mario Vargas Llosa.


LA HISTORIA

La Iglesia Catedral de Santiago de Chile fue declarada Monumento Histórico por el Decreto Supremo No 5058, que data de 1951. Está en pleno centro de la capital, en un terreno limitado por las actuales calles Bandera, Compañía, Catedral y la Plaza de Armas.
El edificio actual se remonta a 1748, cuando, debido a catástrofes como terremotos e incendios, un primer templo orientado hacia la calle Catedral, más pequeño que el actual, finalmente desapareció. Luego de eso se determinó que la nueva iglesia debería ser más grande y con una orientación hacia la Plaza de Armas, tarea que en 1780 fue designada al afamado arquitecto italiano Joaquín Toesca. Hacia 1830 estaba casi concluida, y a fines del siglo XIX el Arzobispo Mariano Casanova ordenó una serie de modificaciones que la transformaron en la construcción tal como la vemos en la actualidad.