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Los secretos de la miel y las plantas medicinales

Gloria MontenegroLos secretos de la miel y las plantas medicinales

Proteger las especies nativas que pueden tener uso en la medicina ha sido una de las grandes cruzadas de la profesora Gloria Montenegro. También, sacar el mejor provecho del néctar de las plantas que se produce exclusivamente en Chile.

 

La botánica Gloria Montenegro lleva más de 40 años en la Universidad Católica y aún no disminuye el gran cariño que le tiene. La mayor parte de ese tiempo ha estado a la cabeza del laboratorio de botánica de la Facultad de Agronomía y Ciencias Forestales UC, donde, asegura, sigue amando lo que hace como desde el primer día: "Aún subo cerros", dice entre risas.

En una época donde la única forma de especializarse era ir al hemisferio norte, la académica recién egresada partió a la Universidad de Austin, Texas, a doctorarse en botánica. "Ahí aprendí lo interdisciplinario, la forma de hacer  ciencia de más alto nivel", explica. De vuelta, en los años 80, Gloria Montenegro partió su trabajo totalmente concentrada en la conservación de flora nativa. "Desarrollé modelos teóricos de manejo después de la cosecha de plantas medicinales, para poder predecir cómo y cuánto tardarían en recuperar la biomasa", explica. Esto es vital para entrenar a los recolectores, para que no corten más allá del límite en que la planta no puede volver a crecer y no se extinga el recurso.

El modelo fue tan exitoso, que Gloria Montenegro pasó varios años dando charlas en Latinoamérica, Asia y África para llevar esta fórmula a lugares donde el uso de la biodiversidad para fines utilitarios es crucial. En la misma época, la académica comenzó un megaproyecto internacional financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH): en conjunto con investigadores de la Universidad de Arizona, el INIA de Buenos Aires y la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrolló durante once años distintos planes para encontrar nuevas plantas con propiedades terapéuticas y luego así protegerlas.

Uno de los resultados de esa época fue la comercialización de un antiinflamatorio basado en un alga chilena. "Desde entonces fui capaz de empezar a formular proyectos innovadores con mucha facilidad", dice la docente. Con proyectos Fondecyt adjudicados durante casi toda su carrera, un tercer Fondef en marcha más fondos de Corfo Innova y de la Fundación Copec UC, su trabajo tomó un rumbo distinto al añadir aplicaciones concretas a sus investigaciones.

"No podemos quedarnos con la ciencia al interior del laboratorio", dice enfáticamente Gloria Montenegro, "debemos llevar nuestra investigación a la sociedad y ser útiles de la forma más inmediata que podamos".

Del panal a la venta

Siguiendo con la premisa de ser útil a la sociedad, trabaja en el desarrollo de productos derivados de la miel con una red de 800 apicultores a lo largo de gran parte de Chile. Ellos recolectan la miel y el propóleo que la profesora lleva al laboratorio; a cambio, les certifica las mieles para que puedan comercializar un producto diferenciado. "Es súper gratificante este valor social de los proyectos", comenta la también presidenta del Consejo Consultivo de la Fundación Copec UC.

Inmersa en esa dinámica, Gloria Montenegro dio con uno de sus productos estrellas: un extracto de miel de ulmo que está patentado internacionalmente. Todo partió hace más de diez años –a través de un Fondecyt y luego de un Fondef–, cuando prospectó varias mieles y probó la actividad de las distintas propiedades en ellas. De entre todas las que analizó, la más activa fue la de ulmo, que tiene fungicidas y bactericidas muy poderosos.

Luego de estudiar varias aplicaciones potenciales, finalmente elaboró un extracto que impide que una bacteria latente –presente en papas, bulbos de flores, de cebollas o ajos recién cosechados– se desarrolle y los pudra mientras están almacenados. Con Fondef, Innova-Corfo y Fundación Copec UC, el extracto está comenzando a comercializarse localmente y en España ya hay una empresa interesada. "Existiendo la materia prima solo en Chile, el producto tiene identidad país, un gran valor agregado", asegura la académica.

Sus investigaciones derivaron también a la miel de quillay, ya que, cuenta, tiene propiedades antioxidantes mucho más altas que el trolox (el compuesto más usado en alimentos). Y con otro de sus proyectos, "Beelab", un spin off de la UC, ha incorporado extracto de miel de ulmo a la misma miel de abeja para aumentar sus capacidades fungicidas y bactericidas; lo mismo está haciendo con la miel de quillay.

Pero eso no es lo único que Gloria Montenegro está tomando prestado de las abejas. El propóleo, un controlador de patógenos, estará en una pasta de dientes desarrollada por la empresa Knopp. Junto con el investigador Luis Salazar, de la Universidad de la Frontera, lograron una dentífrico que controla las bacterias de las caries y las previene.