Vicerrectoría de Investigación

Trabajando por la verdadera inclusión

Trabajando por la verdadera inclusión

Fruto de la labor de profesionales de la Escuela
de Psicología en el desarrollo de tecnologías para personas con discapacidad, el Cedeti UC, liderado por Ricardo Rosas, desarrolla un impresionante trabajo que, poco a poco, está siendo replicado en diversos países del mundo.

Lucas está en su silla de ruedas enfrente del computador. Mira con cariño a María José, a quien le corresponde hoy impartirle su clase de la letra "J". Instalada a su lado, ella le va haciendo diversos planteamientos, le muestra imágenes y formas, y él responde bien a todas las preguntas con sus ojos. Incluso se da la licencia de bromear con la profesional, quien sonríe con sus trampas. Lucas no puede ir a la escuela, pero hoy podemos decir con alegría que ya se sabe muy bien la letra "J".

El niño de 11 años se comunica a través de la vista. Nació sano, pero a los 2 meses de vida un error médico le produjo un enorme daño neurológico y lo dejó con un trastorno motor severo.

No puede caminar, depende de un soporte externo para respirar y, por eso, familiares y profesionales deben asistirlo las 24 horas del día.

Los padres de Lucas vieron una nueva esperanza para su hijo en televisión, cuando se mostró el caso de Alberto Vega, destacado profesor de la Universidad Católica, dramaturgo y actor chileno, quien sufrió un grave accidente en bicicleta en 2006 y quedó con síndrome de enclaustramiento. No puede moverse ni hablar, pero sí es capaz de comunicarse a través de sus ojos.

Habiendo conocido su problema, el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión (Cedeti UC), de la Escuela de Psicología UC, desarrolló para Alberto Vega un programa especial basado en el uso del My Tobii, un computador gracias al cual hoy se relaciona con su entorno y sus seres amados, y con el que incluso ha podido continuar con su actividad como dramaturgo.

El mismo ordenador es el que utiliza Lucas. Está equipado con sensores de alta sensibilidad y a través de ellos es posible convertir la fijación de la mirada en un doble.

"Esto demuestra que la tecnología hace una diferencia total cuando hay compromisos motores tan severos", explica el director del Cedeti UC, psicólogo y profesor Ricardo Rosas, para quien que el caso de Lucas es un símbolo de todo lo que es y hace el centro que encabeza.

Reto profesional

Para Lucas, el Cedeti UC creó el proyecto "El mundo desde mis ojos", en el cual trabaja un equipo interdisciplinario cuya meta es que pueda leer. Combina teoría básica de estimulación y rehabilitación neuropsicológica –con guías educativas y docentes– con un grupo de estudiantes y voluntarios que acompañan el día a día del niño.

Hasta ahora, explica la psicóloga María José Valencia, los avances han sido impresionantes. En tres años, sin el computador y con un método tradicional, Lucas solo había conocido cuatro consonantes; con el My Tobii y el programa de Cedeti UC, ya se sabe casi todo el abecedario y conoce bien varias palabras. "Lucas es para nosotros un reto profesional y un compromiso con el desarrollo de tecnologías que permitan la inclusión social de niños con trastorno motor severo. Acompañándolo, esperamos crecer como equipo y llegar a una solución cuya aplicabilidad sea viable para otros casos", afirma el profesor Rosas.

Lo teórico y lo práctico

Según el académico e investigador, la tecnología puede hacer la diferencia entre estar y no estar en el mundo en el caso de las personas con discapacidad. Formado profesionalmente en la UC, Ricardo Rosas es doctorado en Psicología Cognitiva, en el área de construcción del pensamiento, en la Freie Universitat de Berlín, Alemania, de donde volvió a Chile en 1991 con todas las ganas de ayudar a "refundar el país" tras el regreso de la democracia.

"En lo teórico, me interesa la discapacidad porque estas personas normalmente rompen muchas de las teorías de la cognición humana. Y en lo práctico, porque en la universidad tuve un compañero ciego, quien debió retirarse de la escuela. Ahora, él es abogado, pero durante los años 80 se creía que las personas con discapacidad no podían integrarse bien", relata.

Por eso, su trabajo en esta área comenzó en 1992 con un proyecto Fondecyt para trabajar con niños no videntes en un ambiente de estimulación temprana. De ahí surgió la idea de "Cantaletras", con los profesores Cristián García-Huidobro y Paulina Contreras, sistema multimedial para la enseñanza de la lectura y escritura de niños ciegos que ya tiene cinco años.

Ricardo Rosas, autor de 5 libros y 22 papers, tiene su principio profesional claro: "La inclusión es un derecho. Y en la medida en que visibilizamos a cada persona con discapacidad, nos damos cuenta que la pregunta del millón es: ¿De quién son estas personas? Obviamente pertenecen a la familia, pero desde mi punto de vista todo el tratamiento y servicio dedicado a ellas es responsabilidad del Estado".