Vicerrectoría de Investigación

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Educación por siempre

Erika Himmel

Educación por siempre

Premio Nacional de Educación 2011, Erika Himmel cree firmemente en el valor de la enseñanza como el camino para que cada persona descubra lo más valioso de sí y lo comparta con los demás.

"Ha sido una vida larga", dice la profesora Erika Himmel, con una gran sonrisa, al reflexionar acerca de su trabajo de 60 años en la educación chilena. Cuando entró a estudiar pedagogía en Matemáticas, en 1948, seguramente esta maestra jamás imaginó los numerosos reconocimientos que habría de recibir ni tampoco que en 2011 sería galardonada con el Premio Nacional de Educación.

Este importante galardón le fue otorgado por su aporte fundacional en la construcción de sistemas de evaluación clave en nuestro país, como la Prueba de Aptitud Académica (PAA) y la Prueba de Selección Universitaria (PSU), en la selección de estudiantes para las universidades, y el Sistema de Medición de Calidad de la Educación (Simce), considerado una muestra fiel de cuánto y qué han aprendido los alumnos en algún año de su escolaridad.

Al comenzar su carrera, Erika Himmel simplemente se veía enseñando Matemáticas, porque era lo que siempre quiso hacer. Fue profesora en dos colegios, durante algunos años, antes que la llamaran de la Universidad de Chile para hacer docencia en las aulas del Instituto Pedagógico, lo que finalmente la encaminó a desarrollarse en la educación superior. Dadas sus aptitudes, fue postulada por esta institución para perfeccionarse en el extranjero y se convirtió en una de las primeras chilenas en obtener la Beca Fullbright: a los 26 años partió sola a Estados Unidos, donde cursó su Master of Arts, Measurement and Evaluation in Psychology and Education, en la Universidad de Columbia.

También sonriendo, Erika Himmel dice que "con un poquito de esfuerzo" cumplió estos estudios de dos años en solo 12 meses, y entonces se le abrió un mundo entero: "Tuve acceso a textos especializados de Educación, algo alejado en ese entonces en Chile, y a un programa completo que me dio la oportunidad de enriquecerme tanto desde el punto de vista de la medición educacional y psicológica, como de la evaluación y del análisis estadístico".

El objetivo de la profesora Himmel cuando partió al país del norte era estudiar estadística aplicada. "El camino que veía era todo lo que concierne a la aplicación de la estadística en educación y específicamente en evaluación. Y allí aprendí que la parte más sustantiva era su aplicación en la medición", comenta hoy en su oficina de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, hasta donde llegó como profesora-hora en 1955. Y en sus 56 años de relación con la universidad ha ocupado los cargos de decana interina (2007-2008), vicedecana (2008-2010) y vicerrectora académica de la universidad (1986-1989).

Tras cursar su máster, su compromiso era volver al Instituto de Investigaciones Estadísticas de la Universidad de Chile para una importante misión: contribuir a la creación de un nuevo sistema de selección de estudiantes para las universidades chilenas. La Prueba de Bachillerato, que se aplicaba desde 1850, mostraba deficiencias evidentes: los resultados no eran objetivos, aunque medía conocimientos específicos, y no poseía capacidad predictiva del éxito ni de la permanencia de los alumnos en la educación superior.

Estos cuestionamientos fueron fundamentales para que se ensayara un nuevo test: la Prueba de Aptitud Académica (PAA). El 7 de septiembre de 1966, el Consejo Universitario de la Universidad de Chile acordó aplicarla como mecanismo de selección e ingreso a la totalidad de sus carreras, y fue puesta a disposición de las otras siete universidades existentes en la época. Junto con ello, ese mismo año se promulgó la Ley N° 16.526 que suprimió el Bachillerato y estableció la Licencia de Enseñanza Media como uno de los requisitos legales de ingreso a las universidades.

Así, construida bajo los más modernos principios de evaluación de la época, el 11 de enero de 1967 se tomó por primera vez la PAA a nivel nacional, en cumplimiento de un acuerdo adoptado por todas las instituciones de educación superior, con alrededor de 30 mil inscritos. 
La profesora estaba a cargo de Matemáticas. Recuerda que todo el proceso se hacía a mano y ella estuvo presente en cada etapa, desde la construcción de preguntas y aplicación experimental hasta el análisis de los resultados. "Compaginábamos las pruebas, las colocábamos en cajas, corregíamos y además debíamos preocuparnos de su seguridad: que se conservaran en buen estado, que no se perdieran", confiesa. "Aquel verano de 1967 teníamos frente a nosotros 140 mil tarjetas, ¡algo que usted no ha visto jamás!, para ser procesadas durante horas en la única lectora óptica que había en el país. Y teníamos que rezar para que no se le quemara el tubo y poder hacer bien el trabajo", dice recordando aquel período que califica de "espectacular".
La PAA estuvo vigente durante 35 años y en 2002 fue reemplazada por la actual Prueba de Selección Universitaria (PSU), donde también participó Erika Himmel.

Una visión

Erika Himmel llegó a la Universidad Católica como profesora-hora en 1955, invitada por el profesor Santiago Vivanco –uno de los fundadores del Departamento de Psicología y a la vez profesor de la Escuela de Trabajo Social de la UC– para hacer clases de Estadística 6 horas a la semana en ambas entidades. Trabajó primero en forma paralela a su labor en la Universidad de Chile, pero en 1978 se quedó definitivamente haciendo clases de Evaluación y Metodología de la Investigación Cuantitativa.

Para ese entonces ya se había casado con el profesor Santiago Vivanco –"en 1962, el año del Mundial de Fútbol, inolvidable"– y después tuvo a sus dos hijas, María Soledad y Ana Carolina, quienes también siguieron la carrera docente.

El campo académico de esta maestra, quien también ha sido vicepresidente del Consejo Superior de Educación y Miembro de la Comisión Asesora Presidencial para la Educación, es amplio y no solo se ha remitido a sistemas de medición. Ha abarcado además temas como la docencia universitaria, la deserción escolar, psicología de la educación, desarrollo de la ciencia, planificación, cognición y comprensión lectora, según lo reflejan sus múltiples publicaciones, y también todos los niveles de la enseñanza. Asimismo, ha sido asesora internacional de diversos gobiernos latinoamericanos y organismos mundiales, y en Chile ha contribuido en diversas investigaciones del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt.

Educar más allá de entrenar

"Con los años, he aprendido que la medición en sí misma no es evaluación; es solo un componente de la misma que por sí solo no mejora la educación, y por eso tiene que ser complementado con otros aspectos. Estos dicen relación, sin duda, con la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje, cuya responsabilidad recae en los profesores y, asimismo, con el esfuerzo de la escuela por ofrecer oportunidades de aprendizaje desafiantes. Me gustaría poder convencer a las escuelas y a los profesores para que realmente dediquen su tiempo a innovar de modo que eduquen y formen a los alumnos, y ellos lleguen a ser aprendices autónomos", afirma.

En cuanto a las pruebas de medición de aprendizaje y selección que ella misma contribuyó a crear, y que aún son usadas en la actualidad, opina de forma tajante que hay que separar los puntos de vista.Porque si bien para los estudiantes es bueno conocer la naturaleza de estos test antes de que los rindan, por otro lado también es inconveniente que a sus profesores les exijan estar todo el año ensayándolas: de esa forma, dice, se pierde la valiosa oportunidad de educar más allá de entrenar.

"La verdad es que son las oportunidades de aprendizaje y su aprovechamiento lo que permitirá a los alumnos aprender y, por ende, a los establecimientos obtener buenos puntajes en las pruebas", argumenta. "Por eso, para mí el valor de la educación radica fundamentalmente en que nos permite dar lo mejor de nosotros; nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos para hacer de nosotros lo mejor que podamos ser", concluye.


EL VALOR DEL DIÁLOGO EN LA ENSEÑANZA

"Creo mucho en el diálogo como sistema de resolución de conflictos. Y en educación sé que hay aspectos que tienen que ser mejorados, pero para eso todos tenemos que hacer un esfuerzo; no solamente el sistema educacional, sino la sociedad completa", dice la profesora Himmel.