Vicerrectoría de Investigación

banner

Sociología, humanismo y artes escénicas en una sola pasión

Maria de la Luz Hurtado

Sociología, humanismo y artes escénicas en una sola pasión

María de la Luz Hurtado, académica de la Escuela de Teatro, tuvo la visión de incorporar los instrumentos y estrategias de las ciencias sociales y las investigaciones de terreno a la interpretación de las obras dramáticas. Una labor prolífica reconocida a nivel internacional y que no cesa.

Estudió sociología en la Universidad Católica durante los años más álgidos de la historia reciente de Chile. Ingresó en 1969 y egresó en 1973. "Un tiempo de interrogantes profundas y también dolorosas", dice María de la Luz Hurtado.

Sin embargo, lo que fue para el país una verdadera hecatombe llevó a la entonces joven socióloga a nutrirse de una gran fuente de inspiración profesional, pues desde sus tiempos de estudiante le interesaba comprender la complejidad de los procesos sociales desde el punto de vista de la investigación. Se abocó entonces a esta tarea y puso como su objeto de estudio a las artes escénicas.

Hoy, con más de 35 años de docencia en la Escuela de Teatro UC, es reconocida nacional e internacionalmente por su visión de incorporar instrumentos y estrategias de las ciencias sociales y las investigaciones de terreno a la interpretación de las obras dramáticas. Su visión innovadora considera este arte como una práctica social, e interrelaciona sus textos y espectáculos con su contexto histórico y social.

María de la Luz Hurtado afirma que sus dos grandes pasiones son la sociología, por un lado, y el humanismo y las artes juntos, por el otro, enmarcados en su permanente preocupación por el devenir histórico del país. Es la herencia probable de su abuelo, René Hurtado Borne (1887-1960), dramaturgo –autor de Mal hombre y Su lado flaco, entre otras obras– fundador de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile.

"He situado mi estudio no solo en lo contingente, sino también en los tiempos largos de la cultura porque tienen que ver con nuestras raíces, con los modos en que vamos construyendo a través del tiempo, y las presencias, los aportes y las dinámicas del país", explica ella.

Doctora en Literatura Hispanoamericana y Chilena de la Universidad de Chile, a su juicio tanto las letras como la dramaturgia son lugares en los cuales se perfilan tipos humanos, idiosincrasias, personalidades, lenguajes y modos de habla. "Pero también donde aparecen, sobre todo, temas como el conflicto, la crisis, el drama y el de mirar la realidad como un problema. Y eso es también lo que hace la investigación: mirar la realidad como un problema", señala.

Al principio de su carrera, las comunicaciones y específicamente la televisión y el cine centraron su interés, y de ello surgieron varios proyectos con fondos concursables y el libro Historia de la televisión en Chile: 1958-1973 (Editorial Documentas, 1989), referente académico en el cual también trabajó los géneros dramáticos, a telenovela, lo que finalmente define su línea permanente de investigación.

Cambios intensos

"Empecé a trabajar en el teatro durante el tiempo del gobierno militar, cuando este arte tenía una postura muy importante de defensa de valores humanos inalienables a los cuales yo adscribo. Y eso me acercó a la sociología del teatro. Fue una etapa en la cual este era extraordinariamente vivo y tenía un lazo con los grupos sociales muy intenso", destaca.

Pasado el shock inicial del 11 de septiembre de 1973, las artes escénicas chilenas vivieron un proceso de grandes cambios y de mucha creatividad. Ello devino –entre fines de los años 80 y comienzos de los años 90– en colectivos fundamentales como El Gran Circo Teatro, La Troppa, Teatro Aparte y Teatro La Memoria. Asimismo, puso de relevancia el trabajo de autores como Marco Antonio de la Parra, quienes hicieron aportes críticos y cuestionaron con valentía el sistema imperante.

"No es tiempo de desarrollar líneas argumentales concatenadas lógicamente desde el logos. En definitiva, lo que se desmonta en este período es la estructura aristotélica como modelo dramático, con todas sus implicancias", dice María de la Luz Hurtado en su análisis en el texto "1990-2010: de autorías escénico dramáticas y textuales en la indagación de lo real desde la subjetividad".

La profesora se convirtió así en una testigo privilegiada de la historia del teatro en nuestro país, cuando este se desarrollaba en espacios íntimos de reflexión a los cuales no todos tenían acceso. "Poder estar junto a Andrés Pérez y sus actores cuando trabajaban en La Negra Ester; mirar desde detrás del escenario el estreno de la obra Gemelos, de un grupo tan importante como La Troppa; o compartir con grandes actores y dramaturgos chilenos como son Héctor Noguera (también profesor de la Escuela de Teatro UC) y Marco Antonio de la Parra, han sido momentos importantísimos que valoro enormemente", dice la académica.

Aporte a la historia

En su necesidad permanente de contextualizar estos hechos y como fruto de su investigación, María de la Luz Hurtado es una convencida del valor del teatro como espacio del imaginario y del ritual colectivo de identidad, en todos los momentos de la historia de Chile. "Así como otras artes, la dramaturgia no necesariamente da respuestas, pero sí muestra un estado de situación, consigna articulaciones vivas vigentes en lo social, hace memoria; por lo tanto, incluye las tradiciones y nuestra herencia. Todo esto lo repiensa, revaloriza y reorganiza, y también tiene una posibilidad de premonición y de dar respuestas presentando un futuro posible", dice. "Las artes son un lugar en el cual se procesan temas de identidad que van dejando huella; al mismo tiempo son un espacio de proximidad con la sociedad, en tanto convocan y hacen presente de un modo tremendamente apelativo, sensitivo e incluso pasional, lo que van planteando", concluye la académica.


CHILE ESCENA

Junto con su labor académica, María de la Luz Hurtado dirige actualmente el Programa de Investigación y Archivos de la Escena Teatral UC. El equipo de trabajo está conformado además por los profesores Milena Grass, Ramón López y Pedro Celedón; los actores Angélica Martínez, Rodrigo Canales, Catalina Yazigi y Gabriel Contreras, y Patricia Hernández, secretaria ejecutiva. Puso en marcha el proyecto "Chile escena, memoria activa del teatro chileno 1810-2010" (http://www.chilescena.cl), que forma parte del proyecto Bicentenario "Chilactúa", impulsado por la Caja de Compensación Los Andes, la Corporación Cultural de la Cámara Chilena de la Construcción y la Escuela de Teatro UC.

El programa está dedicado a la recopilación, conservación y catalogación del material iconográfico y audiovisual de la actividad escénica en Chile en sus diferentes épocas. Aporta a su rescate patrimonial, fomenta su conocimiento, interpretación y valoración, a través de la investigación histórica, teórica y crítica, y además promueve actividades de difusión en formatos innovadores. En su sitio web www.chilescena.cl es posible acceder a un rico material histórico, que incluye tres mil imágenes audiovisuales, fotografías y audios, con algunos de los momentos históricos más emocionantes del teatro chileno.